Argentina’s Looming Abyss: Un viaje desilusionado a través de un sofocante paisaje tecnológico. | Por Bruno Savoca | marzo, 2023
Enfrentando el inevitable vacío de la decepción.
Debo prologar mi relato con una historia personal que, lamentablemente, termina sin una apariencia de victoria, sin héroes ni momentos significativos. Mi nombre es Bruno y nací en San Juan, Argentina, la séptima provincia menos poblada del país. Aunque bendecido con abundante luz solar, vino y minería, San Juan experimenta un estancamiento perpetuo en la producción.
Mi padre, técnico informático, me introdujo en la tecnología mucho antes que mis compañeros. Sin embargo, esta exposición no fue resultado de recursos económicos, sino del simple hecho de que el negocio de mi padre requería computadoras, impresoras y disquetes para estar en casa. A los cinco años, ya estaba explorando el mundo digital, felizmente inconsciente del potencial que tenía.
Mi exposición temprana a la tecnología continuó a medida que crecía y, en 2015, decidí establecer un negocio basado en la tecnología con un enfoque en la transformación digital. Cabe señalar que en ningún momento de mi formación la sociedad, el gobierno o la empresa privada celebraron o alentaron el emprendimiento o la tecnología. En San Juan, el camino tradicional es ir a la escuela, conseguir un trabajo en el gobierno y formar una familia, sin mencionar el emprendimiento.
A pesar de estas limitaciones culturales, Argentina y América Latina ahora enfrentan una rara oportunidad de convertirse en líderes mundiales en tecnología, aprovechando una gran cantidad de talento y potencial para el avance educativo. Sin embargo, al examinar nuestro entorno actual, es dolorosamente evidente que sufrimos fallas sistémicas. Los intentos equivocados de gobiernos anteriores de fomentar el desarrollo tecnológico, como la distribución de computadoras gratuitas, no lograron abordar los problemas subyacentes de cultura, educación y mentalidad que, en última instancia, obstaculizaron nuestro progreso.
Mi viaje empresarial personal ha estado marcado por la frustración, ya que he experimentado tanto éxitos como fracasos lamentables sin un apoyo significativo de instituciones públicas o privadas. En Argentina, los empresarios no solo están indefensos, sino que también están agobiados por un sistema impositivo paralizante y regulaciones opresivas que sofocan la innovación y el crecimiento.
El meollo del problema no es solo responsabilidad del gobierno o del sector privado, sino que está profundamente arraigado en muchos aspectos de nuestra sociedad. El cambio real debe comenzar en las escuelas, las discusiones familiares y la forma en que percibimos el éxito. El análisis de casos de innovación, como los notables logros de Israel frente a la adversidad, destaca la importancia de la educación, la visión a largo plazo y los esfuerzos colaborativos de todas las partes interesadas.
Por desgracia, tengo poca fe en que ese cambio se produzca en Argentina. Debido a nuestra incapacidad para adoptar estrategias fuera del mercado e implementar los cambios radicales necesarios para un progreso real, nuestra nación vuelve a tropezar. Las herramientas y los conocimientos obtenidos de mi experiencia académica solo sirven para reforzar la amarga verdad: estamos frente al abismo de otro fracaso colosal.
«Especialista en música. Friki del alcohol. Fanático del café. Gurú de los viajes malvados. Nerd de la televisión. Amante de la cultura pop».